EEUU aplaude decisión de China de sancionar a empresas de Corea del Norte
Las relaciones de Estados Unidos con China desde la elección de Donald Trump parecen haber ingresado en una fase más amable: Washington aplaude ahora la actitud de Pekín frente a Corea del Norte tras haber criticado su falta de firmeza.
El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, voló el jueves a Pekín, donde se reunirá este fin de semana con varios altos funcionarios. Objetivo: preparar la primera visita del presidente estadounidense, prevista para noviembre en el marco de una gira asiática.
“Pero ciertamente Corea del Norte será uno de los temas que estarán sobre la mesa”, dijo poco antes de su partida el secretario de Estado, cuando inauguró en Washington junto al vice primer ministro chino, Liu Yandong, el “diálogo social y cultural entre Estados Unidos y China”.
Los vínculos entre las dos grandes potencias mejoraron estos últimos meses a medida que se sucedían los ensayos balísticos y nucleares de Pyongyang. El candidato y luego presidente Donald Trump culpó a China y elogió alternativamente a su homólogo chino, Xi Jinping, “gran dirigente”, recibido como un “amigo” en abril en Mar-a-Lago, Florida.
Todavía a mediados de agosto, el presidente norteamericano denunciaba públicamente al mayor socio económico de Corea del Norte, estimando que podía “hacer mucho más” para convencer al régimen de Kim Jong-Un de renunciar a la bomba nuclear, y Washington amenazó con medidas de represalia al anunciar una investigación contra Pekín sobre el tema de la propiedad intelectual.
Luego, el tono volvió a bajar. “Aplaudo a China por haber roto todos los vínculos bancarios con Corea del Norte”, dijo Trump el martes, una semana después de haber saludado esa “muy valiente” e “inesperada” medida, en referencia al hecho de que los grandes bancos del país rechazan ahora a los clientes norcoreanos.
Mientras tanto, las autoridades chinas han dado su apoyo en la ONU a las sanciones cada vez más severas contra Pyongyang. El éxito de esta estrategia de “presión máxima” depende de que China aplique las sanciones, y Washington asegura desde entonces que en ese frente las cosas marchan.